Desde Terracor, queremos hacer de nuestro proyecto una forma de vida que incluya a toda la sociedad, desde los más pequeños hasta los mayores. Somos conscientes de que esta es una tarea difícil, pero si no la comenzamos ya, nunca conseguiremos un entorno sostenible, responsable y respetuoso.
Conseguir que los adultos nos escuchen o se involucren en nuestro proyecto puede parecer sencillo, si tienen ganas y voluntad, pero creemos que la base de la sociedad del futuro, del mañana, son los niños y niñas. Esta generación que ha nacido con las pantallas en la mano y que pasa gran parte de su tiempo libre delante de los videojuegos. No decimos que no puedan aprender mucho de las nuevas tecnologías, pero creemos que es fundamental que también conozcan la naturaleza y, consecuentemente, todo lo que nos ofrece, ya que sin ella no somos nada.
En este contexto, hemos puesto en marcha un proyecto socio educativo con el que llegaremos directamente a los niños a través de las escuelas. Acudiremos a las aulas para hacer varias actividades que les permitan descubrir los sabores, texturas y orígenes de las frutas y verduras mallorquinas.
Además, esto se combinará con explicaciones sobre el trabajo en el campo, actividades experimentales y con una serie de paralelismos entre el cuerpo humano y la naturaleza de las frutas.
El nombre que hemos escogido para este proyecto es: “De la tierra al corazón, y con el corazón en la tierra”. ¿Por qué motivo? Para destacar la relación recíproca entre el cuerpo humano y los beneficios que nos aportan los productos de la tierra. Y, una vez entendido eso, vemos que es esencial que cuidemos de la tierra.
Actividades de experimentación
Si tenemos en cuenta que estas actividades estarán dirigidas a niños y niñas de entre 1 y 3 años y también de 1 y 11, es decir, infantil y 5º y 6º de primaria, hemos considerado que la propuesta educativa debe ser totalmente visual, experimental y participativa. De esta manera, los pequeños se pueden involucrar por completo.
Esto lo llevaremos a cabo planteando diferentes tareas en grupos, que tendrán que resolver preguntas y problemas, además de utilizar los sentidos del tacto, el olfato o la vista para encontrar las respuestas. Por ejemplo, con los más pequeños experimentaremos con la tierra mojada, tocándola y descubriendo cómo cambia su olor y color con el agua.
Por otra parte, entre los educadores y los equipos docentes de los centros, ya que esta es una propuesta transversal, que requiere la implicación de todos los agentes, haremos también una actividad con los niños de 11 y 11 años para comparar los órganos del cuerpo humano con frutas y verduras.
Objetivos del proyecto
Si queremos que este proyecto tenga un impacto real en los niños y niñas que hagan las actividades, debemos cumplir unos objetivos:
Acercar el mundo rural a los colegios: con acciones educativas relacionadas con el sector primario, basadas en una metodología sostenible.
Habilitar espacios de diálogo y colaboración con el sector educativo: mantener este contacto con las escuelas e intercambiar opiniones con los docentes, aportar ideas para ampliar la extensión temática en el currículum educativo e ir revisando esta propuesta para mejorarla constantemente.
Mostrar el compromiso de Terracor con las nuevas generaciones y la sostenibilidad: planificar más actividades para despertar el interés por la temática agrícola y rural; fomentar el compromiso de los alumnos con la naturaleza y también su espíritu crítico sobre este tema, y demostrar que la sostenibilidad es clave para el futuro.