En Terracor trabajamos cada día en la innovación de los cultivos para garantizar el máximo respeto al medio ambiente acorde con las exigencias de la agricultura del s XXI. En 2020 hemos ahorrado a nuestros campos un total 270 km de plásticos de colchados tradicionales sustituyéndolos por plásticos biodegradables. Hoy os queremos explicar en que consiste la técnica del acolchado de los cultivos hortícolas y el plástico biodegradable.
El acolchado consiste en la instalación de la una barrera física entre el suelo y el cultivo, con la finalidad de aportar calor al suelo en el que crecen las raíces, eliminar físicamente la competencia de las malas hierbas bajo cultivo, optimizar los recursos hídricos evitando la evaporación del agua de riego y reducir la evaporación de elementos nutritivos para nuestras plantas.
Cuidar y mimar el sistema radicular así como su entorno es el primer paso para obtener unos productos de alta calidad como los de Terracor.
Toni Gili, ingeniero agrícola de Terracor
Por ello desde Terracor llevábamos años probando materiales para hacer acolchados. Los acolchados que se han usado hasta la actualidad son de plástico (Polietileno), estos no son biodegradables y tras la eliminación del cultivo se retiraban de nuestros campos y se llevaban a un gestor autorizado para su reciclaje. Esta técnica, no satisfacía las necesidades ambientales fijadas por todos los productores de Terracor y en la campaña 2020 hemos apostado fuerte por la implantación total de plásticos biodegradables en todos nuestro cultivos hortícolas. +
¿Qué es un plástico biodegradable?
Es una lámina formulada a partir del ácido poli-láctico (PLA) que es un polímero biodegradable derivado del ácido láctico. Es un material altamente versátil, que se hace a partir de recursos renovables al 100%, como son el maíz, la remolacha, el trigo y otros productos ricos en almidón. Este ácido tiene muchas características equivalentes e incluso mejores que muchos plásticos derivados del petróleo, lo que hace que sea eficaz para una gran variedad de usos..
Gracias a su completa biodegradabilidad en el suelo, no hay que recogerlo ni eliminarlo al final del ciclo del cultivo sino que se integra en el terreno donde se biodegrada, transformándose en anhídrido carbónico, agua y biomasa. Lo que permite un ahorro en términos de tiempo y recursos beneficios que los acolchados tradicionales.
El ácido Poliláctico parece ser un producto increíble. La crítica que podríamos hacerle al polímero es que durante su fase de degradación biológica por los organizamos del suelo en nuestros campos, los seres vivos del suelo, respiran y por ello emiten CO2 durante la degradación de este compuesto. Durante la degradación se lanza dióxido de carbono y metano a la atmósfera, sustancias que participan al efecto invernadero. Pero en numerosos estudios se ha demostrado que el balance neto de dióxido de carbono es negativo, pues el CO2 lanzado a la atmósfera es aquel que fue absorbido durante la fotosíntesis de la planta cultivada y el que nos ahorramos al no tener que recoger el plástico mediante tractores, transporte a centros autorizados y procesos de reciclaje. Todos los pasos anteriores emiten CO2 y con los plásticos biodegradables no hay que realizarlos.
Es importante resaltar que la tecnología de fabricación del PLA es reciente, solamente diez años frente a los casi 100 años de existencia de la petroquímica del plástico.